viernes, 22 de abril de 2011

La parábola de la carreta

Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:“Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?”.

Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: “Estoy escuchando el ruido de una carreta...”

“Eso es” -dijo mi padre- “es una carreta vacía”.

Pregunté a mi padre: “¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?”,

Entonces mi padre respondió: “Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.

Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando noto a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:

“Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.

1 comentario:

  1. Muy buena parábola . me gustó mucho es como el dicho que dice "mucho ruido y pocas nueces "

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