El último estudio de Manuel Esteller, director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge al comparar el epigenoma (conjunto de factores no genéticos implicados en la expresión de los genes, estas moléculas pululan por cada célula y que dicen que genes se activan y cuando) de personas de distintas edades descubriendo que los más ancianos han perdido alguno grupos químicos que silencias genes inapropiados, mientras que otros genes que desempeñan funciones protectoras están silenciados. Su ADN es menos metilado, más inestable y menos eficaz en su regulación, añadiendo las mutaciones sufrida a lo largo de la Vida amplían el deterioro del mismo. La buena noticia es, que tal degeneración aparte de gradual podía ser reversible si lográsemos suministras (con medicamentos o por la alimentación por ejemplo) los grupos químicos epigenéticos perdidos.
La investigación de María Blasco del Centro Nacional de Investigación Onclógicas, trata en torno a la telomerasa, cuya sustitución (lo telómeros en el extremo de los cromosomas se van degradando con cada división y con ello perdiendo información) podría ser otra vía en busca de la eterna juventud. En experimentos con ratones adultos estos aumentaron en un 24 % su esperanza de vida mejorando también su salud.
Por otro lado un grupo de científicos de la Universidad de Yeshia (EEUU) tras un estudio realizado postulan que rasgos como ser extrovertido, tolerante, optimista y comprometido van unido a un alargamiento de la vida. Otro estudio, esta vez perteneciente a la escuela de Medicina de la Universidad de Stranford (EEUU) ha demostrado que la herencia transgeneracional de la longevidad se produce mediante modulaciones de proteínas que normalmente añaden modificaciones epigenéticas, provocadas por factores ambientales, a la cromatina, la estructura que porta el ADN aumentando no solo la esperanza de vida de los individuos originales, sino de sus descendientes.
De todos es sabido que, realizar ejercicio aumenta la esperanza de vida.. 30 minutos de ejercicio moderado (caminar, nadar, montar en bicicleta, bailar..) pueden alargar nuestra vidas unos cinco años, reducen la probabilidad de enfermedades cardiovasculares, ayudando ademán a mantener nuestro cerebro joven al promover la creación de nuevas neuronas en nuestro hipocampo. El sedentarismo produce deterioro del aparato locomotor, la pérdida de masa muscular y el mal funcionamiento del metabolismo y menos elasticidad en la arterias. Así mismo, un dieta baja en calorías ayuda a activar la CREB1, molécula que promueve la longevidad del cerebro al estimular los genes relacionados con su correcto funcionamiento, según publican en “Procceding of the Nacional Academy of Sciences” por científicos de la Universidad católica del Sagrado Corazón de Roma (Italia).
Una de la taras que acarrea la edad, o mejor dicho, el deterioro del organismo tienen nombre propio Parkinson, y aunque parezca que no, está en nuestras manos sino evitar el padecerlo si al menos paliar o retrasar sus efectos, por ejemplo a través de nuestra nutrición, la siguiente relación de alimentos son muy recomendables en este caso por sus características nutricionales.
Habas y legumbre puriens: Poseen levodopa precursora de la dopamina, cuya carencia provoca la aparición de tal maligna dolencia.
Verduras de hojas verdes (Escarolas, Espinacas, Brecol), algas Wakame, Aguacates o brotes de Soja: Posen acido fólico.
Café: Pose ácidos clorogénicos y antioxidantes.
Cúrcuma: Protege a las células nerviosas con sus propiedades antiinflamatorias.
Té Verde: Contiene polifenoles antioxidantes que preservan las neuronas.
Manzana rojas, uvas, naranjas o bayas rojas: Poseen flavonoides que mejoran la supervivencia y la diferenciación de las neuronas, regulan los mecanismo de neuroinflamación.
Así mismo, hay numerosas actividades que de igual manera aportan un notable beneficio, por ejemplo saber tocar un instrumento musical puede fortalecer el cerebro contra los efectos nocivos que ejerce el envejecimiento sobre las capacidades cognitivas, según un estudio de la Dra. Nina Graus de la Universidad del Noreste de EEUU. Y un estudio del Baque Center on Cosnition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián plantea, el Oximoron (combinación de dos palabras que al juntarse cambian su significado individual) genera una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro, siendo el uso de las figuras retóricas del lenguaje, una manera fácil de estimular nuestro cerebro, al igual que la afición a hacer crucigramas, sopas de letras, sudokus...
Para saber más:
http://gerontologia.maimonides.edu/2012/06/%C2%BFpor-que-envejecemos/
http://elpais.com/diario/2004/11/24/futuro/1101250803_850215.html
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